martes, 30 de diciembre de 2014

"Mary" Christmas

Original de Christina Mead, publicado en Lifeteen, traducido por Abraham
   Cuando sea mayor, y sea más inteligente, tenga un montón de dinero, e invente una máquina del tiempo, mi primer viaje fuera del siglo XXI será a Belén, en la noche en que Jesús nació. ¿Cómo sería poder ser testigo del acontecimiento que cambió nuestras vidas y nuestra eternidad?
   Sería muy, muy, muy... épico. 7 veces épico (porque el 7 es un número sagrado, jeje). Si allí fuera, aunque sea, una mosca en la pared, o un simple cabritillo en el suelo o, mejor aún, un pastor, porque somos católicos y no creemos en reencarnarnos en un animal... fuera como fuera, si pudiera estar allí, lo que más me gustaría es poder ver a mi querida niña María, y ser testigo de cómo manejó la situación. ¿Qué hizo? ¿Qué dijo? ¿Cómo su paz y su virtud transformaron el trance de dar a luz en en un establo frío y menos-que-ideal? ¿Qué podemos aprender de ella?
   Podemos aprender, primero, a ser agradecido tener buenos hospitales. Y luego algunas cosas más. He estado rezando sobre cómo poder vivir este tiempo de Navidad de un modo más mariano, y me he dado cuenta de que hay un par de cosas prácticas que podría hacer para experimentar la Navidad como la virgen María. Así que voy a intentar describir ciertas actitudes que podría tener para imitar y aprender de María, ¿te unes a mí?
Ponerse en presencia de Dios.   Busca un momento de silencio y oración cada día, e intenta sentir la presencia de Dios. El hecho de que no lo veas físicamente, como al bebé Jesús, no significa que no esté ahí para ti. Con la fe puedes creer y ver lo que es invisible para los sentidos. Siente Su presencia contigo, pero también búscalo de una manera tangible en el Sagrario.
Recibir. 
   María se dejó cuidar por José, aceptó los regalos de los Magos, y acogió la alabanza y la fe de los pastores. Aprende lo que significa ser capaz de recibir regalos con gratitud, especialmente cuando sientas que son inmerecidos o que usted no eres capaz de corresponder a tanta generosidad. Sobre todo si son regalos de Dios. Basta con aceptar. No minimices cumplidos, simplemente di "gracias". Cuando alguien te ofrece algo, está afirmando lo mucho que vales la pena para ellos. No luches contra esa afirmación. Te lo mereces.
Tener una Sagrada Familia.   Rodéate de personas santas, ten una comunidad. Hay momentos en que hay que salir de nuestros ambientes para servir, pero también hay que tener tiempo para llenarlo con personas santas y vivir y construir una buena comunidad. Somos, por naturaleza, personas que crecen en el amor al prójimo y el ejemplo de los que nos rodean. ¡Qué regalo para María y José tenerse mutuamente! ¡Qué regalo para ti tener una comunidad parroquial, y llegar a conocer y querer a todos! ¡Qué regalo la familia, los amigos, etc.! Si sientes que no tienes a alguien que camine contigo en la fe, pídele a Dios insistentemente que ponga esas personas en tu camino. Pedid y se os dará, buscad y encontraréis.
Vivir el establo.
   Vive una pequeña experiencia de pobreza. Regala algo que quieres, o comparte tu almuerzo, o dona ropa de abrigo y mantas, o prepara un termo con sopa o café para repartir a los indigentes, o proponte ayudar en un comedor "social"... Vive la experiencia de la pobreza y lo que significa no tener todo lo que necesitas al alcance de tu mano. Te hará más consciente de las cosas que disfrutas, y de las luchas y carencias de tanta gente que nos rodea.
3 kilos de Jesús   Coge en brazos un bebé. Pero no cualquier bebé. Te recomiendo uno que conozcas personalmente y que no secuestres un bebé por la calle. Lávate las manos, y ponte un protector de cacas. Es broma. Sostén a un bebé y maravíllate del milagro que tienes en tus manos. Solemos olvidar muy fácilmente lo increíble que es un bebé y, sobre todo, solemos olvidar lo increíble que es que Dios se hiciera un bebé pequeño, vulnerable, y dependiente. Sólo cuando sientas cómo un bebé envuelve con su manita uno de tus dedos, te darás cuenta de la humildad y amor de Dios al hacerse carne.
Confía en Él.
   María no tenía ni idea de dónde iba a dar a luz cuando llegó el momento. Y ni se imaginaba que el resto de su vida iba a parecer como la Madre de Dios. Lo único que sabía es que el niño que tenía en sus brazos era Dios, en quien podía confiar. Él dependía de ella, y ella dependía de él; un amor sacrificial mutuo que nos trae la salvación.
Come chocolate.
   María nunca comió chocolate. Pero seguro que le habría encantado. Dado que en aquella época aún no conocían el chocolate, se puede decir que le gustará que lo comamos por ella, en y en su honor. Creo que lo he leído en alguna parte del Catecismo. Párrafo 7 millones. Entre líneas. ;)
   En fin, ¿quién necesita una máquina del tiempo? El deseo de María es que compartamos su experiencia y su amor por nosotros, y nosotros no necesitamos volver 2000 años atrás para hacerlo. Pídele a la Virgen María que camine contigo en este tiempo de Navidad. Rezo por ti, para que tengas una feliz Navidad y un gran año nuevo. "Mary" Christmas!

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