miércoles, 10 de diciembre de 2014

¡La piedra desechada es ahora Piedra Angular! (testimonio convinmaculada'14)

   Del 5 al 7 de diciembre hemos celebrado nuestra tradicional "convinmaculada" (Convivencia en el puente de la Inmaculada), esta vez con 40 jóvenes de 16 a 25 años. Este año hemos ido menos días de lo normal, pero a cambio hemos vivido una experiencia muy novedosa, porque hemos cambiado el esquema de siempre y hemos aplicado el material de LifeTeen ya totalmente. Aquí os contamos lo que hemos hecho...


   El objetivo de la actividad era que los jóvenes se encontraran con Cristo y le reconocieran como su Salvador. ¿Y cómo lo hemos hecho? Bueno, pues con... un ladrillo. Sí. Un ladrillo. Nada más llegar a la casa de convivencias de las Dominicas de la Anunciata (en Becerril de la Sierra), entregamos un ladrillo a cada uno de los jóvenes: no se podían separar de él bajo ningún concepto. No les dijimos por qué. Ahí estaba la gracia. Tenían que jugar, rezar, dormir e ir al baño con su ladrillo.


   A la mañana siguiente, ya les explicamos que aquel ladrillo era su pecado. Pesa, molesta, cuesta, aunque lo ignore ahí está, me condiciona... El pecado es un ladrillo. Pero... ¿de dónde viene? ¿quién nos lo ha dado? Así que tuvimos dos catequesis. La primera sobre nuestro origen y el del pecado: al principio todo era bueno, el ser humano era muy bueno, y vivía en plena armonía con los semejantes, con Dios y con la Creación; por la desobediencia a Dios entró el pecado en el mundo y vivimos las consecuencias. La segunda fue sobre la necesidad de un Salvador: para librarnos del ladrillo, no podíamos acudir a nadie como nosotros, porque todos tenemos ya nuestro ladrillo; necesitamos un Salvador que no tenga ladrillo. Jesucristo. Durante esta segunda catequesis hablamos del anuncio de los profetas, de la Encarnación, y del Misterio Pascual. Al final, terminamos explicando y celebrando el Sacramento de la Reconciliación. Cada uno de los jóvenes, según se confesaba, se liberaba de su ladrillo, dejándolo al pie de la cruz, en la capilla.

    Pero no os creáis que las catequesis eran largas charlas en las que había que tomar apuntes como en clase. No. Tenían de todo: juegos y dinámicas, catequesis del sacerdote, compartir en grupos pequeños, y oración o celebración en la capilla. Eran sesiones muy dinámicas, porque a cada poco, cambiaba el tipo de actividad. Y esto a los jóvenes les encanta.



    Por la tarde empezamos a profundizar en la figura de Jesucristo con otras dos sesiones de catequesis LifeTeen. En la primera explicando que el Señor vive en su Iglesia, tema que terminamos celebrando la Eucaristía. Y, en la segunda, retando a los jóvenes a hacer cambios en su vida: Cristo Salva, pero pide conversión. Para que Él se convierta en la Piedra Angular de nuestra vida, tenemos que cambiar muchas cosas. Esta segunda parte la terminamos con una Adoración del Santísimo, que fue lo más valorado por todos. No hicimos nada especial, "sólo" cantar y rezar ante el Señor. Eso sí, para terminar este rato de oración, pedimos a los jóvenes que rezaran por alguien de la convivencia que necesitara su intercesión, que lo llevaran delante del altar y que rezaran por él allí, ante el Señor. Así lo fueron haciendo, y fue muy emocionante.


   Como el día había sido muy intenso (¡no dimos respiro!), esa tarde-noche la terminamos con más relax, y acabamos viendo una película para hablar de la Virgen María, uniendo en ella los temas que habíamos hablado: pecado, salvación, gracia, intercesión... Vimos "Mary's Land" (Tierra de María), de J.M.Cotelo, sobre la figura de la Virgen, y centrada en testimonios de las gracias que, a través de ella, se han conseguido en Međugorje. La verdad es que estaba muy bien hecha y era incluso divertida, pero va perdiendo fuelle y acaba de un modo demasiado precipitado. Pero es una película altamente recomendable, impactante y sorprendente a ratos, y mostraba muy bien todo el tema de la convivencia. Fue una preciosa catequesis.


   Al día siguiente, domingo, tocaba descubrir que los frutos de la Salvación obrada por Cristo y recibidos en la Confesión y la Eucaristía celebradas el día anterior, nos iban a durar dos días si no tomábamos decisiones concretas. Tocaba coger al toro por los cuernos y cambiar cosas para poder cimentar nuestra vida en Cristo. Así que, con el juego del Jenga y la parábola de la "casa sobre la roca", presentamos a Jesucristo como la Roca Firme sobre la que construir toda nuestra vida, el cimiento seguro que da sentido y solidez a toda la construcción. Para eso, y para terminar, cogimos nuestros ladrillos ("piedra desechada"), los pintamos de blanco, y escribimos en ellos "1ªPe2, 6-7", para convertirlos en algo importante para nosotros. Era la lectura en que se dice que Cristo es nuestra piedra angular.
   Como anécdota, deciros que tuvimos un fallo, y el cura se equivocó al darnos la cita, así que todos la apuntamos con dos versículos de más (ver foto final), pero no importa, no nos va a pasar nada por leer dos líneas más de la Biblia, jajaja.

    Para despedirnos de la convivencia, después de comer, nos juntamos en la capilla, y compartimos cómo habíamos vivido la experiencia de estos días. Hicimos una oración de consagración al corazón de Jesús, y nos hicieron entrega de una pequeña cruz de madera: fuimos enviados como misioneros, para anunciar lo que habíamos visto y oído aquí. ¡Cuántos recuerdos, cuántos signos, palabras, juegos, oraciones...! Apenas han pasado un par de días y ya estoy echando de menos la convivencia. ¡El año que viene, más! (bueno, seguro que antes hacemos otra, pero no será una "convinmaculada")


(Click aquí para ver las fotos de la "Convinmaculada 2014")



















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